Ciclismo y maternidad a corazón abierto
Puede ser que no sea una historia muy distintas a otras de tantas otras mujeres, pero es mi historia.
Esta foto es de mi primera vez en Yerba Loca, con un bebé de 4 meses, donde teníamos que hacer paradas cada cierto tiempo para darle teta. Ya mi hija tiene un año y 2 meses, las cosas no han cambiado mucho, yo sigo pedaleando y ella sigue tomando teta! El poder salir a pedalear a veces no es fácil; coordinar en la pega, con los hijos, con la leche para más tarde, y siempre inevitablemente con un poco de culpa, y urgida siempre, porque la guaguita no se queda dormida sin su tetita... Pero me hace muy feliz pedalear!
Ahora, la culpa, la siniestra e inevitable culpa, sería la palabra más recurrente que viene a mi mente cuando pedaleo, cuando pienso en pedalear, cuando es lunes y ya estoy pensando y tratando de organizar qué día podré salir a pedalear.

¿Por qué no me quedo en casa ese día disfrutando a mis hermosos hijos? Pero noooo, pienso en pedalear... Suaviza mi culpa salir temprano y volver cuando aún no comienza el día para ellos.
Para mí el ciclismo no solo es un deporte que me apasiona, sino que es una pequeña vía de escape, y supongo que por eso la culpa. Así es señores, a veces uno trata de hacerlas todas, ser profesional, trabajar, cocinar, clases online, dar teta, hacer dormir, ordenar, leer, dar teta otra vez, jugar con los niños, dar teta y estar con la cara llena de risa, pero sí, cansa… y entonces me programo pequeñas aventuras arriba de la hermosa de mi bicicleta (Que fue un regalo del padre de mi hija, mi compañero hasta el día de hoy y que es un pilar fundamental en esta locura).
Al menos para mí subirme a la bici es tratar de siempre o casi siempre hacer pequeños desafíos, mi mente aunque ya cansada, trata de organizar desde el día lunes qué haré el finde, un día al menos hacer este pequeño y gran desafío a la vez. De ahí salió el "desafío de ir a pedalear a la montaña con una guagua de 4 meses": comenzó todo con ir a Corral Quemado, luego Yerba Loca, primero con auto de apoyo, donde iba mi bebé de 4 meses y hacíamos paradas técnicas para dar teta. Ahora soy más libre y solo doy teta cuando regreso de pedalear.

Luego quise bajar mis tiempos, luego ir a Farellones, ir otra vez, y otra vez, y otra vez, demorarme menos, hasta que un día me lanzaré a Valle Nevado. Sé que para muchas es un paseo Valle Nevado, pero para mí es el desafío de este año, junto con el poder andar sin manos jaja.
Pero la culpa por más rápido que pedalee me persigue, lo de pedalear rápido es una aforismo claro está. La inevitable culpa, el urgimiento, aunque nadie te urja, siempre haciendo las cosas rapidito porque debo volver a ver a los hijos, hacer dormir, a dar teta…
Por ahora los terceros tiempos de las salidas están vetados, yo salgo a pedalear, y dar lo mejor de mí en ese pedaleo, porque tengo poco tiempo, entonces me gusta sentir el esfuerzo, el sacrificio, la agonía. Eso es para mí hoy en día pedalear, quizás un día lo disfrute como paseo dominical, por ahora me creo meteoro, en mi cabeza voy rápido, soy una Carapaz, aunque en la vida real se vea la velocidad absurda que llevo mi mente alucina, yo alucino, voy en competencia con cualquiera que esté delante mío. Él no tiene idea, yo lo miro desafiante, lo trato de pasar, no lo logro y encuentro otro anónimo ciclista para desafiar.
Frustración esa otra palabra me viene a la mente, mientras escribo esto mi hija se despierta, voy a darle teta, pierdo toda la inspiración de lo que estaba escribiendo, pero está bien ya me acostumbré, lo mismo pasaba con el rodillo, las noches que entrenaba, urgida siempre, ella se despertaba y no lograba terminar, me frustraba, sobre todo porque los días que no entrenaba ella dormía como un angelito. Al parecer viene la buabita con un sensor incorporado. Por favor no te despiertes.. vuelve la inspiración (mientras la miro por el monitor).
Podría escribir tantas cosas que me pasan con el ciclismo y mi maternidad y tratar de cohabitar con ambas, la cosa es que ambas me hacen feliz, más el ciclismo si… jajaja. No, es broma, bueno no tanto, soy feliz con esta lucha interna, me sigo creyendo una campeona porque trato de dar lo mejor de mí en ambos. Seguro lo hago pésimo en ambos, pero bueno, seguimos en carrera buscando a ese nuevo ciclista anónimo camino a Farellones que desafiaré con la mirada y que trataré de alcanzar... y que finalmente me largará jaja.
Buenas noches.
Carmen Castillo