El sillín responsable de largas horas de pedaleo sin molestia alguna... Power Mimic de Specialized

Somos Isidora y Nicole, 2 amigas que nos conocimos gracias a ella: la bicicleta.
Entre muchas otras cosas, concordamos en que el ciclismo nos ha entregado muchísimo, por eso formamos la comunidad de Reinas del Pedal, que busca conectar, motivar y enseñar sobre ciclismo femenino; es nuestra una manera de retribuir todo lo que hemos recibido de la mano de esas 2 ruedas.

Ambas pedaleamos hace no mucho tiempo, pero este es un deporte que nos ha conquistado por completo y que nos agarró súper rápido, como le ha pasado a mucha gente. Y es que podríamos decir que las experiencias que hemos vivido y las personas que hemos conocido, ¡nos han cambiado la vida!
Amamos por sobre todo la bicicleta de ruta, una disciplina que hace que estemos hoooooras sobre nuestro corcel, lo que a veces tiene consecuencias no muy positivas jaja. El dolor de tambembe y otros dolores que mejor no especificar puede convertir un pedaleo muy bacán en uno horrible, y es lo que nos había estado pasando últimamente.

Afortunadamente, nuestros amigos de Specialized Chile nos salvaron la vida (bueno, a nuestras partes íntimas realmente) al invitarnos a probar su tan famoso sillín Power Mimic, diseñado especialmente para mujeres con el fin de evitar el dolor en esa zona tan delicada.
Fuimos a los SPZ HQ, y nos midieron nuestros isquiones con una súper y moderna máquina llamada Retül, que a través de su tecnología avanzada entrega recomendaciones específicas para cada ciclista según sus medidas, horas de pedaleo semanales, etc.
Y así, se nos entregó la información sobre el sillín adecuado para cada una, porque no señor, no hay un sillín estándar para todas, sino que hay 3 medidas diferentes, es por eso que antes de adquirir uno, tienes que medirte (lo hacen en las tiendas cuando vas a comprarlo) para saber cuál es el indicado para ti.
Entoooonces, una vez que ya tuvimos nuestros sillines instalados, ambas nos dispusimos a probarlos en situaciones diferentes. Yo (Isi) tuve la suerte de poder probar el sillín antes de partir a Fireflies Patagonia (abajo les cuento más sobre esta experiencia), para llevarlo conmigo y ponerlo a prueba ahí. Yo (Nicole), comencé a probarlo también, con el rodillo en la semana y los fondos del fin de semana, preparándome para mi gran desafio de marzo: el Giro del Lago, donde pondría a prueba el sillín al pedalear 168K sin parar. Aquí les contamos nuestras experiencias.
Partimos con Fireflies, el raid solidario más difícil del mundo. En él, se recorren 1.000 km con 20.000 mts de ascenso acumulado en una bicicleta de gravel por la patagonia chilena y argentina con el objetivo de recaudar fondos para los niños con cáncer de la Fundación Vivir más Feliz. Son 10 días de pedaleo por rutas maravillosas pero nada de fáciles, mucha calamina, piedra, arena y algo de asfalto te llevan a estar un promedio de 10 horas diarias sobre el sillín.

Empecé a moldear el Mimic 3 semanas antes de partir al raid en mi bicicleta de ruta y en la de gravel, me acostumbré rápidamente a su comodidad aunque reconozco que tenía miedo de hacerme heridas porque sabía que estaría largas horas con mi nuevo amigo.
Voy a ser sincera y decir que es prácticamente imposible no sentir molestias en la zona íntima luego de 10 horas de pedaleo promedio diario, pero quiero aclarar que esta fue una experiencia extrema y no representa ni cerca la cantidad de horas que pasamos entrenando durante un período normal de nuestras vidas.
Sentarse en el sillín cada mañana no era tarea fácil, veía a todos mis compañeros sufriendo esa primera hora de pedaleo con frío y muchos con dolor por el contacto del sillín. En esos momentos agradecí estar sentada sobre el Power Mimic, y es porque con mi sillín anterior sentía molestias que no volví a sentir, como adormecimiento, durezas y heridas por roce. Pero a pesar de usarlo intensamente todas esas molestias desaparecieron y me sentí mucho más cómoda pedaleando sentada por largas horas, ya que la medida del sillín con respecto a la de mis isquiones era la correcta. Me dio seguridad en todo momento.

Como dice su nombre (Mimic, que significa imitar), el sillín tiene una parte blanda que imita los tejidos generando equilibrio según la presión que vayamos ejerciendo sobre éste. En palabras simples, se reduce la presión al estar en contacto dos tejidos blandos, y no uno blando (labios) con uno rígido (otro sillín).

Y es que esta tecnología realmente se nota. En mi caso (Nicole), tuve una buena manera de poner a prueba el sillín, ya que también corrí la versión anterior de los 168 K del Giro del Lago, pero con el sillín que venía con mi bicicleta. Por lo tanto, ahora tendría la oportunidad de hacer una comparación totalmente real entre una carrera y otra.
Llegó el día de la carrera, hacía frío y estaba muy nerviosa. Solo quería que partiera para que terminara pronto, ya que sabía que no sería fácil, y tal cual. Esos 168K realmente se sintieron, lo di absolutamente todo física y mentalmente, y no paré de pedalear ni un segundo; estuve 5 horas y 40 minutos seguidos sobre mi bicicleta donde pasó de todo, pero voy a ser sincera, ni siquiera pensé en el Mimic durante la carrera, olvidé que lo estaba poniendo a prueba, no fui consciente de que estaba con él, no fue tema, y esa fue para mí la respuesta, fue el mejor punto de comparación.

Y es que la versión anterior, el sillín fue uno de las principales limitantes de mi competencia. Mi zona íntima realmente sufrió, los últimos 30 kilómetros tuve que ir parándome cada un minuto, cambiando de posición de un lado a otro, porque el dolor era insoportable, y fue realmente incómodo. No solo hizo que tuviera una experiencia horrible, sino que también evidentemente empeoró mi rendimiento. Cuando terminé la carrera (perdón por la indiscreción) me dolía hasta ir al baño. En la carrera tuve muchos contratiempos; me descolgué del grupo y me quedé mucho tiempo sola, me acalambré, etc, peeeero doy gracias porque el sillín no haya sido un obstáculo más. Así que prueba superada, ¡con creces!
Y así nos damos cuenta de los grandes cambios que pueden generar pequeños detalles, mayor rendimiento, menos molestias, no más heridas e incluso olvidarnos del sillín que es lo que queremos. Ya no es tema, ya no es un problema, es 100% comodidad que nos genera confianza sobre la bicicleta. Ahora sabemos que podemos pasar más de 7 horas pedaleando con la seguridad de que no nos acordaremos del sillín al día siguiente, y es que mientras más desapercibidas pasan todas las zonas de contacto, mejor nos sentimos y más ganas tenemos de salir a pedalear. ¡No cambiamos el Power Mimic por nada!
Isi y Nicole